por Carlos Castagneto
El fútbol femenino ha florecido y se ha multiplicado en los últimos años en nuestro país y en el mundo. Es evidente que tiene un potencial de crecimiento enorme y debemos acompañar este proceso con iniciativa política y el compromiso de la comunidad futbolística toda.
Las mujeres son las protagonistas en este momento histórico, en lo político, social y también en lo deportivo. Según la FIFA, en el último Mundial de fútbol femenino en Canadá hubo un aumento del interés que generó un flujo de casi 500 millones de dólares y la final entre Estados Unidos-Japón fue el partido de fútbol más visto de la historia de Norteamérica. En Francia 2019 los números seguramente seguirán sorprendiendo, competirán 24 selecciones en 52 partidos.
Organismos como la UNESCO, el Instituto de relaciones internacionales y estratégicas (IRIS) de Francia y el sindicato francés de futbolistas profesionales (UNFP) vienen llevando adelante un estudio que tiene como objetivo promover internacionalmente el fútbol femenino, destacando su papel integrador en la sociedad.
Sin embargo, en nuestro país donde aprendemos a caminar casi al mismo tiempo que a patear una pelota, el acceso todavía no es igual para todos. Luego de los Panamericanos de Toronto 2015 el equipo argentino estuvo dos años sin jugar un amistoso ni tener entrenador. Las futbolistas no cuentan con condiciones mínimas para desarrollarse de modo profesional, no tienen seguros ni contratos, o son tan precarios como la infraestructura y la regulación. Además, muy pocas son remuneradas y deben compatibilizar sus carreras profesionales con los entrenamientos y partidos.
Las voces de jugadoras, entrenadoras, árbitros, profesoras y dirigentes del fútbol femenino dan cuenta de los persistentes obstáculos sociales y culturales que encuentran en el camino. Junto a ellas vimos la importancia de impulsar una herramienta que permita incrementar el número de jugadoras en las mejores condiciones posibles, de romper barreras y prejuicios. Desde el trabajo conjunto presentamos un proyecto de Ley que promueve la Igualdad de Género, Oportunidades y Profesionalización del Fútbol Femenino, buscamos facilitar el acceso al fútbol a cada niña que quiera jugar en cada rincón de nuestro país para que puedan concretar sus sueños como lo hacen hoy tantos varones. Queremos garantizar un Plan de Desarrollo de Fútbol Femenino, proponer competiciones que sean sostenibles y profesionales, que podamos mejorar el marketing para que el fútbol femenino argentino tenga marca propia.
Como diputado nacional y como ex arquero profesional siento que este proyecto de ley intenta reparar un desequilibrio histórico que el colectivo de mujeres futbolistas sufre frente al conjunto de jugadores masculinos. El deporte es desarrollo humano y quienes amamos el fútbol debemos ser embajadores de la igualdad porque la pasión por la pelota no tiene género y solo así podremos crecer en libertad e igualdad.
(*): Diputado nacional (FPV-PJ). Ex viceministro de Desarrollo Social de la Nación. Ex arquero de Gimnasia Esgrima La Plata, San Lorenzo, Quilmes, Temperley, Defensores de Belgrano, Bucaramanga y Sporting Cristal.